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Falsas bodas: una nueva moda argentina

No es nada sorprendente que en los países occidentales el número de bodas en los últimos años se haya reducido de forma considerable. Lo saben bien en Argentina, que en 2018 resultaba entre los Estados con tasa de matrimonio más baja en el mundo. Es un hecho: los argentinos ya no se casan. Y mientras la posibilidad de ser invitado a una boda se convierte en una ocasión rarísima, llama mucho la atención que lo que más echa de menos la gente es justamente la fiesta. Fue así que, a falta de novios que quieren contraer matrimonio, un grupo de amigos de La Plata lanzó el business de las bodas falsas, un evento muy de moda hasta la llegada del covid.


Las bodas falsas son fiestas temáticas que simulan un casamiento, una mezcla de obra de teatro y party: los actores contraen un matrimonio sin valor ante un juez falso, siguiendo un guión. De hecho la mejor parte del evento es justamente la historia falsa de los novios que con su tinte novelesco y divertido anima la fiesta. La trama cambia cada vez: en la primera boda falsa, por ejemplo, la noviadecidía no casarse días antes del casamiento y el novio despechado no canceló la fiesta sino la usó para celebrar su soltería; en otro evento la ceremonia era interrumpida por un hombre que afirmaba ser la pareja del novio y mientras la novia salía corriendo, ellos contraían un matrimonio igualitario. Los invitados, asimismo, pueden utilizar este contexto como excusa para conectar entre ellos y están incentivados a inventar la historia de su propio personaje para mejor sumergirse en el role-playing.


Aunque la primera fiesta fue bastante improvisada, la productora de estos eventos, Falsa Boda, se ha ido profesionalizando hasta que a causa de las restricciones por la Covid empezó a ser muy difícil organizar fiestas como esas. Antes de cada evento se publica en las redes sociales un vídeo en el que la pareja cuenta su historia de amor. Luego el día del evento, la falsa boda comienza con el espectáculo muy divertido de los actores, seguido de un flashmob y el tradicional baile. Luego los invitados pueden también disfrutar de la cena, de la tarta, de una barra de tragos abierta toda la noche y de la fiesta. Los únicos requisitos para participar son tener entre 25 y 35 años y vestir de gala.



Llama mucho la atención que este tipo de eventos haya nacido porque siempre más gente nunca ha tenido la oportunidad de participar en una boda de verdad y está dispuesta a pagar una entrada para vivir la experiencia de una manera divertida. Aunque parezca una forma de diversión bastante excéntrica, no hay que descartar la posibilidad que algún día esos eventos desembarquen en Europatambién y se conviertan en una opción más para tu plan del fin de semana. ¿Y tú irías nunca a una falsa boda?


Articolo a cura di: Laura Tondolo




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