El realismo mágico: buscando la verdad con la lupa de la fantasía
A pesar de considerarnos seres racionales, la fantasía tiene una influencia muy importante en nuestra vida: cuando somos niños, crecemos escuchando historias maravillosas; de grandes, nos relajamos con películas o series para escapar de nuestra vida cotidiana. Y no hace falta leer “el Señor de los anillos” para sumergirse en lo fantástico: hay historias verosímiles que, aún sin caballeros ni magos, tienen más pinta de cuento de hadas que un libro fantasy. La verdad es que por mucho que queramos ser realistas y racionales, no podemos eliminar completamente lo maravilloso de nuestra realidad: lo añoramos continuamente. Sin embargo, no siempre lo fantástico es una manera de evadir, no siempre es sinónimo de obra no comprometida, a veces es una manera de ver las cosas de otro punto de vista para comprenderlas mejor. Pero, ¿se puede de verdad indagar la realidad a travės de la fantasía? Eso es justamente uno de los ambiciosos objetivos de un importante género artístico y literario típico de latinoamérica: el realismo mágico.

Esa corriente, desarrolada en los años sesenta, se caracteriza por ser una mezcla de real y fantástico en donde los elementos mágico son percibidos como normales. Su recurso, en efecto, es una manera de reinterpretar el mundo, de verlo con otros ojos, de conocer la verdad cuestionando lo real. Y para hacerlo no hay que olvidar que los sueños, la fantasía y la superstición también son parte de ella y forman su lado más trascendental, de ahí la decisión de estos escritores de enriquecer sus obras con elementos mágicos. El resultado es una historia llena de misterio y simbolismo, en donde lo imaginario es presentado de tal forma que el mismo lector no puede evitar creer que es real. Esto es lo que podemos apreciar en los libros de Gabriel García Marquez, de Isabel Allende, de Juan Rulfo o de Mario Vargas Llosa, pero también en el cine como en la película “El laberinto del Fauno” de Guillermo del Toro.
Entoces, ¿cuál es la diferencia entre género fantástico y realismo mágico? Aunque a primera vista puedan parecer iguales, no hay que confundirlos: mientras el primero representa lo fantástico como algo que provoca maravilla, el segundo lo refleja como parte de la cotidianidad, algo que tanto los personajes como el mismo narrador aceptan en su vida sin asombro. Además, en este género destaca mucho el contexto, la identidad latinoamericana y el intento de buscar la americanidad manifestando el punto de vista cultural e ideológico de estas comunidades. De hecho, es un movimiento que se ha desarrollado justamente para validar una visión del mundo diferente a la que proponía la civilización occidental, como una especie de reacción hacia la poética realista. Por eso, los autores recurren frecuentemente a mitos y leyendas de sus paises en sus historias.
Estas obras, asimismo, asumieron una gran importancia no solo como corriente literaria, sino también desde el punto de vista político. De hecho, el simbolismo típico del realismo mágico ha sido indispensable para esos autores que, encontrándose bajo un regimen dictatorial, muchas veces no podían expresar directamente sus ideas: fue gracias a estas metáforas que sus libros sobrevivieron a la censura. No sorprende entonces que F. Corral Rodriguez, profesor en la universidad méxicana de Sonora, defina el realismo mágico como una “poética subversiva” que reconcilia fantasía y realidad, mientras que “hace de la imaginación un arma imprescindible de emancipación ideológica”.
Lentes para conocer mejor el mundo, forma de eludir la censura, evasión de la realidad… lo fantástico nunca tiene un rol banal en el arte, por eso no hay que subestimarlo. Generalmente pensamos que solo porque una historia no cuenta algo verosímil, de alguna manera va a ser más superficial, más esteril, una mera forma de distraerse, pero eso no es siempre así. A menudo, lo fantástico refleja la ralidad de una forma inesperada, la disfraza de magia para que la veamos desde otro punto de vista, más objetivo, sin prejuicios. Y aún cuando los elementos surreales sirven solo para escapar un rato de nuestra rutina, son indispensables porque nos ayudan a despejarnos, a tomarnos una pausa de los problemas: eso también nos permite evaluar las cosas con la mente más fría, además de mejorarnos el humor. Pues, a lo mejor la verdad es que necesitamos estas historias tan maravillosas porque ya no conseguimos ver lo que hay de mágico en la vida real. De hecho, si hay algo que el analisis de este género nos enseña, es que lo fantástico está también en nuestra cotidianidad, aunque no esté hecho por hechizos o criaturas mitológicas. Quizás solo tenemos que acostumbrarnos a notarlo un poco más.
Articolo a cura di: Laura Tondolo